Ana de Austria ha cuestionado el modelo educativo por las consecuencias que puede tener:
Lo cierto es que las nuevas generaciones muestran dificultad para digerir el fracaso. Parece ser que les genera un fuerte sentimiento de impotencia el que las cosas no salgan como ellos desearían.
Tengamos en cuenta que gestionar la frustración es una vía para superar los obstáculos, porque permite analizar la situación y buscar vías para lograr el objetivo, desde la inteligencia y el ingenio.
El hecho de que hayan sido criados sobreprotegidos y consentidos provoca que intenten lograr sus fines apelando a los demás, a través del berrinche. De esta manera, no desarrollan la capacidad de ser resolutivos.