Ya han pasado algunos años desde el fatídico 1 de Octubre que partió a la sociedad catalana en dos.
La convivencia en esta región ha sido la principal pérdida, pero otro daño colateral del que no se habla tanto es la economía.
No es raro encontrar titulares como este:
Y es que la propia Generalitat ha tenido que reconocer la desaceleración de la economía después de que la Cámara de Comercio de Barcelona rebajara las previsiones de crecimiento.
Y no es un fenómeno nuevo de este año. Si nos fijamos en el año anterior, encontramos noticias como esta:
Si echamos la vista a hace dos años, encontramos esto otro:
Y como para explicar este año es tentador señalar al covid, vamos a mirar un poquito más atrás:
O dicho de otra manera, Cataluña sigue encadenando varios años de pésimos datos económicos.
Si lo comparamos con otras regiones de España, a pesar de los malos datos económicos de todo el país, la situación catalana clama más al cielo.
Y esto se ve reflejado en la inversión extranjera. Vamos a comparar ahora ambas regiones:
Y si comparamos el crecimiento, la diferencia sigue siendo abrumadora:
Todo esto en la que fuere la región más rica de España, destrozada por el independentismo, las regulaciones y los impuestos asfixiantes. No es de extrañar que varias empresas se marchen, como es el caso de Bosch, que ha cerrado una segunda planta en Barcelona dejando a 600 trabajadores sin empleo.
Ante esta tesitura, uno pensaría que la Generalitat estaría desesperada por corregir la situación y tratar bien a los inversores, pero no. Parecen obcecados en arrasar con la región, igual que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Y es que recientemente The District ha realizado tres jornadas para buscar inversores internacionales y empresas para Barcelona, pero no son bienvenidos.
250 manifestantes intentaron entrar en el Hotel Intercontinental de Barcelona donde se celebraban las reuniones, en el recinto ferial Fira de Montjuïc.
El primer día, el miércoles, lograron entrar y boicotear el evento, así que los demás días hubo que desplegar un enorme dispositivo policial.
Finalmente, se logró realizar el desalojo, como adelanta La Vanguardia en este vídeo:
Y no contentos con asaltar el recinto, también cortaron el tráfico y agredieron a los inversores y empresarios, como podemos ver aquí.
Aquellas personas que podían ayudar a salvar Cataluña del desastre, cubiertas de pintura. Seguro que después de esto tienen muchísimas ganas de traer su dinero a Barcelona.
¿Y cuál habrá sido la respuesta de los representantes políticos catalanes?
Pues todo queda dicho: la alcaldesa ampara y protege a los violentos de ultra izquierda que agreden a los inversores, mientras los insulta llamándolos fondos buitre. Cataluña va directa al precipicio y sin frenos.